Adeola Runsewe, delantero del HB Koge, todavía no debe poder creerlo. Pegó una de las patadas más duras que se recuerden dentro de una cancha de fútbol y ni siquiera fue expulsado. Iban 29 minutos del primer tiempo y su equipo, último en el torneo, le ganaba 2 a 0 al Silkeborg IF, por la sexta fecha de la Superliga Danesa, cuando ocurrió la brutal acción. Una pelota rechazada por la defensa local le cayó al volante Martin Svensson, del Silkeborg. Y a la carga fue Runsewe, que lejos estuvo de querer sacarle la pelota y terminó por propinarle una increíble patada entre las piernas al rival, que no pudo seguir jugando el encuentro. Pese a esto, el nigeriano sólo fue amonestado y así pudo disfrutar dentro de la cancha del 3-0 con el que se cerró el encuentro a favor de su equipo. Increíble, pero real.
No vió ni la amarilla
Un comentario sobre “No vió ni la amarilla”
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Que patadita papá