«Después de tantos años tenemos el andar más lento pero el corazón late con fuerte vigor, por el optimismo y el amor de lo que hacemos. Hay un compromiso de no abandonar esta lucha y la advertencia de que este despojo no podrá repetirse en ningún lugar del mundo, porque habrá mujeres que, como nosotras, se levantarán para defender al cachorro», recalcó.
Carlotto lo expresó tras recibir en París el premio Houphouët-Boigny por el fomento de la paz, entregado por la Unesco, en una emotiva ceremonia de la cual participó la presidenta Cristina Fernández.
Ante una ovación de las 1.500 personas que colmaron el salón principal de la Unesco, la titular de las Abuelas afirmó que «se sabrá que hay lucha en paz, para que nunca más sea posible tal despojo. No somos heroínas ni diferentes, sólo somos mujeres madres, abuelas”.Olvido e impunidad
Previamente Carlotto agradeció la distinción “en nombre de todas las Abuelas”, y resaltó que “toda nuestra trayectoria permitió preservar la memoria, contra el olvido y la impunidad. Nos llaman abridoras de caminos, porque en esa permanente búsqueda creamos organismos para que esta historia no se repita”.
Con un tono sobrio pero firme, precisó que “desde 1983, en la Argentina nos rigen gobiernos elegidos por el voto popular, pero desde el 2003 a la fecha las políticas de Estado han puesto en valor los Derechos Humanos. ¡Gracias Néstor, gracias Cristina!”, expresó la titular de Abuelas ante la atenta y emocionada mirada de Fernández de Kirchner.
Justamente, la Presidenta fue una de las oradoras que precedió a Carlotto y en su discurso dejó en claro que “estoy aquí en mi doble condición, no sólo como presidenta de la Argentina sino como una ciudadana más, segura de estar representando a millones de compatriotas que ven en nuestras Abuelas de Plaza de Mayo la superación de un momento muy trágico y muy doloroso”.
En otro tramo de su discurso, la Presidenta hizo hincapié en una frase del ex presidente de Senegal Abdou Diouf, quien realizó su discurso justo antes que la mandataria argentina.
“El señor Diouf dijo que el derecho sólo puede reclamarse desde el derecho y que la justicia sólo puede reclamarse desde la justicia. Durante más de 30 años estas mujeres jamás preconizaron o hicieron uso de la violencia, al contrario. Incansablemente, aun cuando casi todos habían perdido las esperanzas, ellas seguían reclamando ante los distintos poderes ejecutivos, justicia, memoria y verdad», dijo.
Venganza no, justicia
«Eso las torna más ejemplares, no reclamaban venganza, sino simplemente justicia. Eso es lo distintivo de estas mujeres, haber podido persistir sin caer en los defectos de la condición humana”, aseguró Cristina, generando una fuerte ovación de los presentes.
Uno de los momentos más emotivos de la alocución de la jefa de Estado fue cuando hizo referencia a Kirchner: “Quiero rendir un sentido homenaje a quien fuera mi compañero de vida, el doctor Néstor Carlos Kirchner, figura decisiva en la historia de la Argentina para vencer y derrumbar el muro de la impunidad”, expresó.
Y remarcó que “Argentina necesita de la memoria, necesita de la verdad, necesita de la justicia para dar vuelta a esa página dolorosa que vivimos. Queremos recuperar a los nietos que nos faltan todavía y queremos que finalmente se termine dando justicia a todos lo que la reclaman».
«Este premio me deja una sensación ambivalente, porque hubiera sido mejor no haber recibir ningún premio por violaciones de derechos humanos, pero la historia no se escribe así”, dijo.
Agradeció la valentía
En tanto, la directora de la Unesco, la búlgara Irina Bokova, dejando de lado el francés en su discurso y hablando en español, dijo: “Gracias por su valentía, por esta lección de humanidad, señora de Carlotto. Y agradezco a los jurados que hayan escogido a las Abuelas de Plaza de Mayo”.
Bokova, quien recibió un pañuelo, símbolo de las Abuelas y destacó “la labor de la presidenta Cristina Fernández, pues bajo su mandato se incrementó la igualdad, el respeto por los Derechos Humanos y la independencia de la justicia”.
Por su parte, el presidente de la Republica Islámica de Mauritania, Ould Abdel Aziz, sostuvo que “las Abuelas de Plaza de Mayo envían un mensaje inequívoco por la paz, los derechos humanos, la promoción de la cultura, es algo que nosotros los africanos debemos imitar».
La ceremonia contó con otros oradores: el secretario general del premio Houphouët-Boigny Aloune Traoré; el representante de la Cancillería francesa Michel Mercier, que en nombre del presidente Nicolas Sarkozy felicitó a Carlotto y Cristina por este galardón; y el protector del premio Houphouët-Boigny Abdou Diouf, quien cerro su discurso con un “¡Vivan las Abuelas”.
Mujeres africanas
También hablaron el presidente de Senegal, Abdoulaye Wade; y el presidente del jurado del premio Houphouët-Boigny Mario Soares, ex presidente de Portugal, quien confió haber escogido a las Abuelas como ganadoras para “llevar un mensaje de esperanza a las mujeres africanas”.
También asistieron la ex primera dama francesa Danielle Miterrand; el ex primer ministro francés Lionel Jospin, quien a fines de los años 70 participó en numerosas rondas a la Embajada argentina junto al ex presidente Francois Miterrand; y el actual Alcalde de París, Bertrand Delanoe.
Junto con Carlotto llegaron desde Buenos Aires otras tres integrantes de Abuelas: Rosa Roinsinbliy, Buscarita Roa y Elsa Oesterheld, y siete nietos cuyas identidades fueron restablecidas gracias al trabajo de la asociación de Derechos Humanos en el transcurso de los últimos 34 años: Manuel Goncalves, Victoria Montenegro, María José Lavalle Lemos, Horacio Pietragalla, Francisco Madariaga, Pedro Nadal y Leonardo Fossati.
“Después de tantos años de lucha silenciosa, de recorrer nuestro país y el mundo para denunciar las atrocidades sufridas por nuestros hijos y nietos, estar aquí en la Unesco -que siempre fue solidaria con nosotros- para recibir este premio es un motivo de orgullo que nos da mas fuerzas para seguir adelante”, dijo Roinsinbliy, vicepresidenta de las Abuelas.
Anteriores ganadores
El premio creado en 1989 por iniciativa del propio Houphouët-Boigny, considerado el padre de la independencia de Costa de Marfil, se entrega aleatoriamente cada uno, dos o tres años y ya han sido galardonados Nelson Mandela, Yitzhak Rabin, Shimon Péres, Yasser Arafat, Jimmy Carter, el rey Juan Carlos I de España, y más recientemente el ex presidente de Brasil, Luis Inacio «Lula» da Silva.
La orquesta y el coro de la Unesco, bajo la dirección del chileno Jorge Lozano Corres, se encargó de abrir la ceremonia con la interpretación de ‘Laudate Dominus’ de W.A. Mozart, al tiempo que el pianista Miguel Ángel Estrella, embajador argentino ante la Unesco, cerró la velada con cuatro canciones tradicionales latinoamericanas junto al flautista Raúl Mercado, el guitarrista Omar Espinoza y el percusionista Héctor Gómez.