Fabio Guaschino, el otro lado del candidato

Candidato a intendente de la ciudad de La Carlota: Fabio Guaschino (42)

Nacimiento: La Carlota, Provincia de Córdoba, 29 de octubre de 1968.

Partido político: Unión por Córdoba

Profesión: Médico.

 Nacido el 29 de octubre del año 1968 en la ciudad de La Carlota (Córdoba), Fabio Guaschino, el 7 de agosto, espera proclamarse como intendente de la ciudad. Con capacidad, voluntad y perseverancia el político aficionado busca y lucha por el lugar que, muchos creen, merece.

Un diálogo con FM Estrella en el que se pretende dar pequeños, pero significativos datos de su vida, de su lado humano, independientemente de la política… Un hombre luchador, con una vida con altibajos, sorpresas, reencuentros y despedidas… Un político que sabe por qué y como luchar.

Un hombre común, gustante de “Los Abuelos de la nada”, de “Los pericos”, de variados solistas…

Él es Fabio Guaschino, padre de familia, compañero de su esposa. Tres hijos: Prieto, de 11 años; Juliette, de 8 y Luishina, de 5. Con una marcada descendencia italiana. Hijo de madre soltera; una hermana por parte de padre y un hermano de parte de padre.

En diálogo con FM Estrella comenzó hablando de su familia, de la historia de su vida y de la gran protagonista que contribuyó a su formación como persona: su madre, que hoy ya no está con él.

 Una infancia sin padre

 Guaschino comenzó hablando de su nacimiento: “En aquellas épocas no existían las cesáreas y yo venía en una posición de nalgas. Mi madre tuvo un trabajo de parto de muchas horas y, encima, yo pesé 4. 150 kilos. Mi madre también me cuenta que nací azul por lo traumático del parto, el bebé también lo siente y lo manifiesta con una falta de oxígeno, poniéndose azul…

 Mi madre fue soltera. Eso significó mucho para mí y, de ambos lados, porque en la época que yo crecí, que era chico, el ser madre soltera no era una cosa de todos los días: es más, hubo un par de familias de La Carlota que quisieron adoptarme en aquel momento. Una de ellas fue el “Chichi” Ogas y la señora. Cuando las mamás solteras no podían hacerse cargo de sus bebés, gentilmente por su puesto, había familias dispuestas a cuidarlos. Pero mi mamá con mucha valentía y coraje decidió enfrentar prejuicios, injusticias y decidió tenerme. Eso, uno de chico no lo entiende, entonces, por ejemplo, cuando en los colegios se festejaba el día del padre, sentía una sensación rara, pero no malestar… Fui muy feliz y no tuve traumas”. Guaschino recordó cómo para determinados festejos del día del padre, él no pudo entregar presentes a nadie.

 La medicina… una labor desde niño

 “De chico siempre quise ser médico, jugar al doctor. Siempre soñé con ser cirujano. Cuando encontrábamos un animal muerto, con Guille Carrizo, lo abríamos…la sangre nunca me asustó. En la secundaria no tenía pensado seguir con medicina porque mi madre me había dicho que no sabía si iba a poder seguir estudiando. Así que hice perito mercantil porque, en aquella época, era suficiente para entrar en el Banco.

Hice 8 años de carrera y 4 años de especialidad. Rendí un concurso y logré entrar en el hospital San Roque. Un día llegó un médico y nos dijo que iba a venir el Dr. De la Sota, en el año 1999, nos juntamos todos los médicos en un aula magna y ahí lo escuché por primera vez, habló del 30% de los impuestos, de reivindicar la salud para que los residentes cobremos y cuando él gana, al mes siguiente, todos los residentes de Córdoba comenzamos a cobrar nuestros sueldos. Sin dudas, fue una persona que me atrapó. Esto nunca se lo conté a él, la última vez estuve hablando una hora con él y, entre varios temas, no lo hice. Pero lo tengo que hacer”…

Estudios…

 

“La primaria la hice en el Instituto Nuestra Madre de la Merced. Tenía súper excitación, por eso, el médico me recomendó empezar la escuela a los 4 años. Así fue como empecé con un año menos. Egresé con 17 años.

Mi primera maestra fue la Sra. de Chiappero y, cuando la veo le digo ¡‘mirá lo que has formado’!. Cuando encuentro a todo el grupo de maestras, siento que se ponen contentas”.

En relación con sus amistades, recordó algunos nombres: “Mercedes Corbella, sus hijos van con los míos; Karina Crosa, sus hijos van con los míos; Mariana Espinosa; Matías Burgos, Silvina Godoy”.

 Una gran historia de vida

 Fabio Guaschino contó que nació de una madre soltera, que su madre fue mamá y papá a la vez. Que ella le enseñó muchísimas cosas y actitudes para desenvolverse en su vida y que, en este sentido, se había formado sin la figura paterna, pero, tal como el mismo Guaschino relata: “Después de muchos años puede conocer a mi padre, con 35 años. Mi hijo me preguntaba dónde está su abuelo, si yo no tenía ganas de verlo y después de esas preguntas, decidí cerrar ese capítulo. Cuando lo veo fue muy raro, nunca nos habíamos visto… no sabíamos cómo tratarnos. Un día yo les comenté a mi mamá y a mi tía Zulma que quería buscarlo. Internet, una de las funciones que tiene, es pode encontrar personas. Empecé a buscar y encontré una dirección en la ciudad de Rosario. Llamé en varias oportunidades, pero nadie me atendió”. Guaschino relata que junto con su madre y su tía tuvieron que viajar y aprovecharon la ocasión para pasar por Rosario: “Con mi mamá y mi tía, pasamos por Rosario a ver si encontrábamos la dirección, cuando llegamos al domicilio, un sábado a la tardecita,  un vecino me dijo: ‘¿sabe qué? Hace una semana se acaba de mudar el hombre que vive ahí’. Éste hombre no tenía idea dónde se había ido. El hombre se ofreció a decirle algo porque, mi padre, volvería por unas cosas que había dejado. Entonces yo en un papel puse mi nombre y mi teléfono y le dije (en el papel a su padre) que me llame. A la semana me llaman, yo no pude atender porque venía viajando y en el buzón de voz me dejan un teléfono: ‘Habla Virgilio Conti, me han dejado este número suyo. Mi número es xxx. Cualquier cosa, me llama’. Estuve una semana para llamarlo. Mi mamá, mi mujer, mi tía, me preguntaban: ‘¿lo llamaste?’”, pero el médico necesitaba su tiempo: “después de unos días  llamo y me atiende el contestador: ‘Hola. Soy Fabio Guaschino. Quería charlar con vos para que nos conociéramos’. Un día me llama preguntándome si quería hablar con él por la fábrica de pastas. Le dije que no, que era Fabio Guaschino, hijo de Susana Guaschino. Le dije: “en teoría soy tu hijo”, ‘Ahhhh”, me respondió… Recordó que hace mucho tiempo en La Carlota’…

Salimos para Rosario, después de unos días, nos encontramos en un bar. Entraban muchos hombres y el Dr. no sabía quién podía ser su padre. Guaschino relató que “por las chucas”, lo reconoció. Mi madre siempre me decía “tenés las mismas chuecas que tu padre”. “Fue un abrazo que expresó años contenidos de muchas sensaciones”… “Estuvimos charlando como dos horas. Después con Silvina (esposa) y los chicos fuimos a cenar y, a partir de ahí, fuimos hablando periódicamente hablamos por teléfono. Sólo quería conocerlo, no reclamarle nada”.

(…) “Para los 40 años me hicieron una fiesta sorpresa y cayó de imprevisto mi padre… Además, tengo una hermana de parte de padre”.

Guaschino habló acerca de la enfermedad de su madre: “Mi madre antes de morir me dijo que quería saber la verdad. Me dijo que yo era su tesoro y que no podía mentirle. Tuvo una serie de cirugías para mejorar su estado, en un momento estuvo muy mal y, esa vez, cuando se sintió tan mal, me preguntó: ¿así va a ser? ¿Cuánto tiempo me queda? Llegado el momento su corazón también dijo basta. Se fue como ella quería: rápido.  Por eso digo que en la vida hay que ser un luchador”.

 De médico a candidato a intendente de la ciudad

 “Acepté gustoso trabajar en los centros periféricos de La Carlota cuando me vine acá. A mi me gusta el trato con la gente. Quise aprovechar esta vocación de servicio desde otro lugar: desde la política. Es importante que quien rija los destinos de la ciudad tenga la familia que lo contenga”, finalizó el candidato a intendente Fabio Guaschino.