Tiene 71 años. Fue detenido en agosto de 2007 junto a otro septuagenario por abusar de un niño del pueblo, de 9 años. La Justicia investiga si en esa misma época también violó a una niña de once años
Por segunda vez, Jorge Héctor Cremonezzi, el dueño de un bar de Los Cisnes que ya fuera condenado por abuso sexual de un niño del pueblo, está siendo juzgado en los tribunales a causa de un delito de las mismas caracterÃsticas -abuso carnal con acceso carnal-, esta vez en contra de una niña de once años.
El aberrante episodio había ocurrido entre el verano de 2007 y el 13 de agosto de ese año, entre las 17 y las 18 horas cuando Cremonezzi logró que una nena y un varón entraran a su local comercial, con la promesa de que allí les convidaría con “masitas y cocaâ€.
Según la acusación de la fiscalÃa de La Carlota, una vez que los niños ingresaron al bar cerró con llave las puertas y bajó las persianas para aprovecharse de los menores.
Después de quitarse la ropa, desvistió a la niña y la habría abusado sexualmente. Como consecuencia de ello, el médico judicial que revisó a la vÃctima constató que presentaba lesiones que podrían haber sido provocadas por un objeto peniforme.
La acusación señala que, en la misma oportunidad, sometió sexualmente al varón, hecho por el cual Cremonezzi recibió una condena de 7 años de prisión, en marzo de 2008.
El septuagenario que aún cumple condena en el Servicio Penitenciario Número 6 se presentó esposado el pasado jueves 5 de noviembre para dar inicio al juicio que se lleva a cabo en la Cámara Primera del Crimen. En esa ocasión se le leyó la nueva acusación en su contra y se citó a los primeros testigos. La próxima jornada del juicio será el miércoles 11.
Esta nueva imputación que, hasta el momento, no había tomado estado público seguramente impactará de lleno en la pequeña población que en su momento pasó de la incredulidad a la indignación.
En agosto de 2007, los pobladores se vieron sacudidos por el testimonio de un niño de 9 años que se animó a contar que el dueño del bar del pueblo, Jorge Héctor Cremonezzi, y Benito Manuel Plaza, un peón que en los últimos años vivÃa en condiciones miserables, lo violaban desde hacía tiempo.
Lo que pudo quedar como un rumor más de los tantos que por años involucraron al comerciante tomó forma de denuncia cuando los médicos que atendieron al pequeño redactaron el diagnóstico desolador que informaba: “orificio anal dilatable, pliegues radiados y tono esfinteriano disminuido, las lesiones y sÃntomas descriptos son altamente indicativos de abuso sexual crónicoâ€.
La primera reacción de Cremonezzi ante esta evidencia fue huir de Los Cisnes, pero no tardaron en localizarlo y ponerlo tras las rejas, junto a su amigo, Plaza, apenas un año menor que él.
La conmoción fue inmediata. De Plaza, el peón linyera, nadie esperaba semejante acto de crueldad. El hombre llegó de grande desde Huanchilla, tenÃa fama de trabajador y no se metÃa con nadie. De Cremonezzi, en cambio, se decía que tenÃa el hábito de ganarse la confianza de los chicos para luego manosearlos en los fondos de su bar.
Desde que fueron condenados, periódicamente llegan a la redacción de este diario consultas de vecinos del pueblo que temen que la Justicia les otorgue la prisión domiciliaria por edad avanzada.
Ese beneficio rige a partir de que el interno cumple los 70 años, pero no se otorga de manera automática o indiscriminada y esta nueva imputación en contra de Cremonezzi podría prolongar su permanencia en la cárcel de Río Cuarto.
Un pueblo consternado
El impacto de la noticia del abuso de un niño es aún mayor en un pueblo de 800 almas, de andar tranquilo, donde los chicos acostumbran a trajinar las calles como si fueran el patio de sus casas.
En Los Cisnes, hubo un antes y un después de la infausta novedad, aquel agosto de 2007. El hombre mayor conocido por todos con el sobrenombre de “TallarÃnâ€, el dueño del bar que se destacaba por su facilidad para las rimas, sumió a todos en la indignación cuando se supo -y se demostró luego en Tribunales- que había abusado de un niño de apenas 9 años, con la complicidad y la participación de un linyera. Los dos fueron condenados a 7 años de cárcel, pena que muchos -entre ellos la misma jueza que lo condenó- consideraron insuficiente.
Desde entonces, la inquietud no cesó porque los vecinos temen que la Justicia le otorgue el beneficio de la prisión domiciliaria debido a su avanzada edad.
Por estas horas, la Justicia vuelve a sentarlo en el banquillo por el abuso de otro niño, circunstancia que seguramente reforzará la decisión de esta serena población que, por entonces, decidió nunca más abrirle las puertas de Los Cisnes.
Hace mas de 30 años que no vivo en Los Cisnes, alli vivi hasta los 20 años, mi pueblo era verdaderamentye como lo describe la nota periodistica, que lamentable y doloroso que existan «seres humanos» si es que asi se puede llamar a esta persona que puede ejercer tanta crueldad contra los niños, la carcel es el lugar que le corresponde. Luis SEBASTIANI.-
A este viejo verde habria que colgarlo en la plaza y que le corten de a poco todo, arruinarle la vida a esas pequeñitas vidas y ensima con la justicia pedorra q tenemos en argentina en menos de 7 años esta afuera cuando a esos niños ya los traumatizo de por vida.. CASTRACION PARA VIOLADORES