La UCR local fijó postura.

El presidente de la Ucr local, Patricio Kilmurray, informó a FM ESTRELLA sobre  la postura del COMITÉ DE CIRCUITO DE LA CARLOTA que fuera  expresada en el marco de la Reunión logoucrInterdepartamental de Gral. Cabrera y en coincidencia con lo manifestado por otros departamentos presentes.

En artículo titulado LA SOCIEDAD ESPERA UNA OPCIÓN AL KIRCHNERISMO los radicales dicen:

 

“Todos los analistas coinciden en que el conflicto del gobierno con el campo, produjo un cambio en la sociedad que, harta de la prepotencia del matrimonio presidencial Kirchner-Fernández, comenzó a reclamar acuerdos para generar polí­ticas que incluyan a todos los argentinos.

 A fuerza de la lucha en la vera de las rutas, la arrogancia oficialista no tuvo más remedio que acudir al Congreso Nacional. Como nunca antes, los legisladores  ocuparon el centro de la escena y nuevos vocablos incursionaron en el habla cotidiana: calidad institucional, coparticipación, federalismo, república, división de poderes, consenso, etc. Sin embargo, esta nueva sociedad, vio cómo esos conceptos perdí­an valor frente a las mayorías automáticas que respondí­an a la obstinación kirchnerista.

 En este contexto, los diputados y senadores de la UCR, tuvieron un desempeño ejemplar; por sus sólidas intervenciones y por su capacidad de congregar fuerzas para defender la integridad de un país que empezaba a crujir. Lo que estaba en juego era la restitución del respeto al interior. Porque en verdad, la genérica denominación  “el campo” refiere al país interior, a sus pueblos y a su gente; a esa gente que por tradición familiar prefiere progresar por la fuerza de su trabajo antes que subsistir encadenada a un subsidio.

            Y hoy, aunque nuevos problemas profundizan su agobio, la sociedad no pide   – curiosamente – “que se vayan todos”, sino que sigue reclamando que se pongan de acuerdo los que quieren un país progresista y democrático de verdad. De allí  la necesidad expresa de sumar hombres y mujeres de la oposición, de distintos signos polí­ticos, que pudieran abrir nuevos horizontes.

 Así lo está haciendo la UCR a nivel nacional,  impulsando a la vez a cada provincia a construir consensos entre quienes compartan aquellos valores fundamentales, a fin de lograr – en las elecciones legislativas de octubre – un equilibrio de fuerzas en el Congreso de la Nación.

            Pero, en la provincia de Córdoba, algunos sectores del Radicalismo reaccionan con firmeza ante esta posibilidad, en especial, si se trata de confluir  con el Frente Cívico y Social.

             A diferencia de esta posición, consideramos que los principios radicales y la propia identidad partidaria no se defienden cerrando nuestras puertas ni asumiendo posturas inflexibles que impidan interpretar la realidad; una realidad que reclama amplitud y generosidad cívica. Además, pensamos que la identidad no es una entidad separada sino una construcción que se realiza con el otro.

            Sorpresivamente y en una clara contradicción, muchos de los que hoy se oponen a este posible acuerdo polí­tico a nivel provincial, no han tenido reparos en llevarlo a cabo en sus respectivas ciudades, logrando de este modo llegar a gobernar importantes municipios del interior cordobés.

            Por otra parte, en un escenario de fragmentación como el actual, es impensable que un solo partido aisladamente, sea capaz de concretar las aspiraciones de los argentinos. Como bien lo entiende la UCR a nivel nacional, éste es un tiempo de coaliciones y de bloques, integrados en torno a principios republicanos, por encima de las ideologías. En tiempos de crisis de las instituciones, se requiere la grandeza de priorizar objetivos mayores por sobre las diferencias.

            La sociedad está dando hoy a la UCR la oportunidad de ser parte de un acuerdo lo más amplio posible, en el que podrá poner su impronta e incidir con sus principios. De allí la necesidad de que los radicales de Córdoba, tomemos nota  de esta situación  y decidamos ser parte de un proceso de cambio, guiado por los valores de la transparencia, la república y el federalismo.  Seguramente la gente espera que nuestros mejores dirigentes tengan la valentía de diagramar una estrategia esclarecedora, que conduzca y oriente. No quiere desencuentros, ni declaración abstracta de principios. La sociedad que aspiramos a conducir, necesita de actores que demuestren una verdadera  voluntad de transformación. Esa sociedad, que observa y espera el nacimiento de una oposición seria, es la misma que elige y vota.

 De nosotros depende convertir esta oportunidad en una realidad que devuelva a los argentinos la esperanza en un futuro mejor.