Cura cordobés usó camiones regadores con agua bendita para exorcizar un pueblo

La tranquilidad de los vecinos de Sampacho, en el sur cordobés, se vio alterada el sábado por un ritual que atravesó a lo largo y a lo ancho las doce cuadras que tiene el pueblo. El cura local, armado con sal y agua bendita, hizo un inesperado «exorcismo» escoltado por tres camiones regadores

Si bien el propio intendente, Jorge Devalle, se encargó de aclarar que esto se realiza desde «hace varios años» para bendecir al pueblo, fundamentalmente porque los habitantes «no van al templo», como en esta oportunidad lo hizo en el horario de la siesta no fueron pocos los vecinos que se hicieron notar su rechazo.

“Esto nos ha convertido en el hazme reír del sur de Córdoba”, se quejaron algunos a través de las redes sociales. También hubo quienes se animaron incluso a pedir la intervención del obispo por lo que ellos consideraron una ofensa.

Tras la repercusión que causó la intervención del sacerdote, Devalle salió a «desdramatizar» el hecho: «Bendice el agua y le coloca sal previamente bendecida como una forma de bendecir las calles del pueblo de los maleficios, pero no estoy capacitado para decir que es un exorcismo».

Sampacho es un pueblo que tiene no más de nueve mil habitantes. La fiesta religiosa por la que se lo conoce es la procesión de Nuestra Señora de la Consolata, que convoca miles de fieles en junio.

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