Luego de que se colocaran tachas reflectivas y retardadores de velocidad, la tarea será rotativa
Desde el lunes la Policía Caminera levantó el control permanente que desde hacía dos meses había establecido sobre la ruta 8 a la altura del kilómetro 578.
El control en la tristemente conocida “curva de la muerte” se había implantado las 24 horas a partir de los dos accidentes trágicos que arrojaron cinco personas muertas en dos días.
Los accidentes había sucedido en vísperas de la peregrinación a pie hasta el Santuario de Reducción y en ambos casos los choques fueron frontales.
Como la curva es cerrada y tendría una falla en su inclinación, los vehículos que circulaban de Este a Oeste cuando promediaba la curva se desplazaban hacia la mano contraria y ocurrían los accidentes.
Fue entonces que desde dos noches antes del 1 de mayo la Caminera dispuso establecer un puesto fijo, con dos policías en forma permanente y con el encendido de reflectores en horas de la noche.
Se habían colocado conos en ese tramo y quienes venían desde la zona de Buenos Aires reducían la velocidad y se evitaba así que ingresaran en forma demasiado rápida a la peligrosa curva.
Luego de que se completaran las obras de bacheo y se avanza con la repavimentación de la ruta 8, en la curva se colocaron retardadores de velocidad y decenas de tachas reflectivas para que la curva tenga mayor visibilidad nocturna.
“Los controles serán ahora de dos horas y media a la mañana, otro por la tarde y el restante a la noche, porque las obras ya se han ejecutado en el lugar”, dijo ayer un vocero de la Policía Caminera.
El puesto policial se mantuvo los dos meses al lado del mojón que indica el kilómetro 578, y mientras funcionó, no se produjeron más accidentes.
En uno de los choques se accidentaron trabajadores de Reducción que regresaban del frigorífico Avex en una combi y fueron chocados de frente por un automóvil.
Al otro día se embistieron dos autos de frente en el mismo lugar. En menos de 48 horas murieron cinco personas.