Cristina: La reforma del Banco Central no es para hacer cualquier zafarrancho

Advirtió que el BCRA debe estar al servicio de la economía real. Marcó del Pont va hoy a Diputados a explicar la propuesta. Respaldo de las pymes

La presidenta Cristina Fernández advirtió  que «no es para hacer cualquier zafarrancho» la reforma que impulsa el Gobierno de la Carta Orgánica del Banco Central, y consideró que esa entidad debe estar «en función a la economía real».
La jefa de Estado salió así al cruce de las críticas formuladas desde la oposición -ver página siguiente- y por parte de economistas acerca de que la reforma apunta a tener más disponibilidad de divisas para pagar deuda.
Las declaraciones de la Presidenta fueron difundidas a través de su cuenta oficial en la red social Facebook.   «Debemos saber que el Banco Central debe estar en función de la economía real, no tampoco para hacer cualquier zafarrancho», escribió la mandataria.   En ese sentido, prometió que de aprobarse la ley se mantendrá «la independencia de cualquier instrucción que pueda darle el Gobierno central».
No obstante, aclaró que a la entidad monetaria «no se le resta la posibilidad y la obligación de intervenir en la economía real para poder seguir sosteniendo crecimiento y trabajo».

Rindiendo examen

Por su parte, la titular del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, concurrirá hoy a la Cámara de Diputados para informar sobre el proyecto a un plenario de las comisiones de Presupuesto y Hacienda, Legislación General y Finanzas.
El proyecto de ley impulsado por el Poder Ejecutivo que busca modificar la Carta Orgánica del Banco Central (BCRA) y derogar artículos de la ley de Convertibilidad levantó una áspera polémica.
Más allá de dos cambios claves que se introducen -dejar sin efecto el respaldo entre la base monetaria y el nivel de reservas que ahora permite un mayor financiamiento al Tesoro nacional y que el ente pueda fijar condiciones en el mercado crediticio- hay más puntos que podrían generar desacuerdos.
Entre las modificaciones más controvertidas se destacan la disolución del programa monetario y un menor alcance y funciones de la Superintendencia de Entidades Financieras y Cambiarias, el sector del BCRA desde donde se ejerce el poder de fiscalización y policía sobre los bancos, financieras y agencias de cambio que actúan en la plaza local.

La inflación tan temida

En concreto, la remoción del programa está ligada a la idea de suprimir un objetivo de inflación.
En el texto introductorio de la reforma se especifica que «el programa monetario y la obligación de dar a conocer una meta de inflación que no se corresponden con el actual régimen macroeconómico y que representaron un primer paso hacia un esquema formal de metas de inflación».
«Se propone reemplazarlos por la obligación del Directorio del BCRA de realizar las estimaciones anuales necesarias para llevar adelante en forma consistente las políticas que le competen», indica.

La CGE

Por su parte, la Confederación General Económica (CGE) brindó ayer su apoyo al proyecto de modificación de la Carta Orgánica del BCRA, considerando que es «una de las decisiones más trascendentales en materia financiera que el Gobierno nacional ha dado para desactivar el modelo neoliberal impuesto por la dictadura militar en 1976».
«La CGE vino insistiendo en que una de las asignaturas aún pendientes eran las reformas de la Carta Orgánica del BCRA y de la actual ley de Entidades Financieras para transformarlas en herramientas para el desarrollo económico integral y con equidad», sostuvo el titular de la entidad, Guillermo Gómez Galizia.
La entidad consideró que los cambios a la Carta Orgánica que contiene el proyecto del Poder Ejecutivo crean, por sobre todas las cosas, «un marco legal adecuado para impulsar la economía real, regulando y orientando el crédito hacia la producción, atendiendo las necesidades de las pymes y de las economías regionales, fijando las tasas de interés, estableciendo las condiciones en términos de plazos, el destino de los créditos y poniendo límites a las comisiones y cargos».   Destacó que «también incluyen el control de la inflación y la estabilidad financiera, regulando áreas que no tenían ningún control como las cámaras compensadoras, los sistemas de pago, las remesas al exterior o el transporte de caudales».
La CGE dijo que «resulta trascendental que el BCRA tenga la posibilidad de limitar la concentración del sistema financiero evitando posiciones dominantes en él».
Para la CGE, esta reforma es «significativa porque deja de lado la obligación de mantener una relación entre la base monetaria y la cantidad de reservas internacionales como garante de estabilidad económica, la cual la crisis del 2001 se encargó en demostrar su falacia».

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