Por las cenizas, Achiras y Alpa Corral sufren restricciones en el servicio de agua

Achiras y Alpa Corral afrontan por estos días dificultades para abastecer de agua potable a los vecinos debido a que las lluvias han provocado arrastre de material de los incendios, obligando a cerrar tomas y restringir la distribución del vital líquido a los vecinos.

Las villas serranas tienen sus tomas en los ríos, los que se vieron alterados por las crecientes del fin de semana que trajo consigo gran cantidad de sedimentos de los incendios.

En Achiras, y tras la creciente del sábado por la noche, el Municipio dispuso limitar las horas de abastecimiento a la comunidad, hasta tanto se normalice el estado del río.

A través de un comunicado, el gobierno local informó que quedará suspendida la provisión del vital líquido a los domicilios entre las 20 y hasta las 8. Por ello, se solicita a los vecinos hacer uso racional, evitar riego o lavado de veredas.

La situación preocupa a las autoridades locales, quienes advirtieron que, de no darse una mejora en las condiciones de los cauces, deberán solicitar ayuda a la Provincia para proveer de agua envasada para consumo a todos los vecinos.

El intendente, José María Gutiérrez, explicó que la localidad posee una toma de vertiente denominada «Sol de Mayo». Hay una segunda toma cuyas bombas receptan agua directamente del río Achiras. Y la tercera opción es bombear agua de la presa situada a 6 kilómetros del pueblo.

“La toma de vertientes es insuficiente para abastecer a toda la localidad. La segunda toma está inhabilitada porque captó agua con muchos sedimentos. En consecuencia el agua está sucia, con mucha turbiedad y con el gusto a pasto quemado. Lo mismo ocurre con la presa, que presenta un alto nivel de llenado pero el agua que escurre el vertedero es de color oscuro por el hollín de los incendios. Todo esto nos dejó la creciente del sábado», expresó Gutiérrez.

Tras recorrer toda la zona afectada por la creciente, José María Gutiérrez manifestó que sin dudas las secuelas son severas por la contaminación observada.

«En el balneario utilizamos una máquina para sacar todo el barro acumulado tanto en la pileta como en los alrededores. Si bien la creciente fue de magnitud, por fortuna no hizo daños como otras veces. Lo malo son los depósitos de cenizas de los pastos quemados que han contaminado las orillas y el agua”, detalló.

Riesgo en la fauna ictícola

Asimismo, el intendente manifestó que en la presa Achiras se teme un problema ecológico con la fauna ictícola, porque los peces están muy encima de la superficie ya que el agua es de color marrón oscuro por las cenizas acumuladas, al igual que en las orillas tanto del río como del lago.

«Esperemos que esto no suceda», remarcó el intendente achirense.

Al referirse a una posible solución inmediata, Gutiérrez cifró sus esperanzas en una nueva lluvia abundante provoque una limpieza total del cauce y orillas, aclarando las aguas, que es lo elemental en estas emergencias.

Peligran las bombas de extracción

En Alpa Corral, el problema de abastecimiento comenzó a evidenciarse la semana anterior, cuando la creciente del río tiñó de negro las aguas.

La gran cantidad de cenizas y sedimentos de los incendios obligaron al Municipio a disponer el cierre de las bombas de absorción ante el riesgo de rotura por el ingreso de la basura, como por la contaminación de la red y por ensuciar los tanques domiciliarios.

Como medida alternativa, el gobierno local hizo entrega y distribuyó agua apta para consumo entre los vecinos que así lo requerían.

Cuando la situación parecía normalizarse, una segunda creciente el fin de semana volvió a enturbiar el río y el servicio fue nuevamente afectado.

Ayer, la intendenta María Nélida Ortiz dijo: “En el pueblo estamos surtiendo con el filtro rápido. No estamos usando los filtros lentos porque todavía hay mucha basura. El agua que llega no es para tomar”.

En cuanto al sector de Unión de los Ríos, se decidió cortar la provisión a los vecinos de ese sector ya que el caudal seguía llevando gran cantidad de sedimentos y se corría el riesgo de quemar las bombas.

“Veré si mando una cisterna con agua para proveerles a los vecinos de esa zona, y conseguir para el consumo”, detalló la intendenta.

A pesar de que el agua en superficie comenzaba a mostrarse transparente, en el cauce se observaba una gran cantidad de sedimentos asentados que, ante el funcionamiento de las bombas de extracción se movilizan y ponen en riesgo los mecanismos.

También Las Albahacas debió asistir a los vecinos con agua potable, ante el resentimiento del servicio público.

La dimensión de los incendios generó que todos los ríos de la zona se vean afectados ahora por esta contaminación.

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