Alumnos: ¿tomar la escuela o conquistar el saber?

El Ministerio de Educación de la Ciudad de Bs.As., impulsa una reforma del Nivel Secundario que incluye, entre otros cambios, la implementación de pasantías laborales en el último año. El objetivo es vincular a los estudiantes con el mundo del trabajo, ofreciéndoles la posibilidad de seguir aprendiendo desde la práctica.

La iniciativa generó resistencia entre algunos alumnos, por lo que decidieron tomar las escuelas como muestra de su rechazo. Aducen que las pasantías no buscan beneficiarlos sino ofrecer a las empresas mano de obra barata. Muchos padres y docentes, apoyaron la decisión de los alumnos.

La ministra de Educación de la Ciudad, Soledad Acuña, defendió la reforma, criticó las tomas y sostuvo que son fogoneadas por gremios del sector. Muchas escuelas están colonizadas por “ideologías” pseudo progresistas que, con la excusa de que formarían “mano de obra barata”, no hacen sino alejar a los estudiantes de oportunidades de trabajo.

Mientras los gremios docentes hoy estimulan esta ruptura del orden escolar, bueno sería recordar que hacia fines de la Edad Media y en los comienzos de la Modernidad, fueron justamente los gremios a través de maestros artesanos quienes formaban aprendices. Tenían reglas y nadie podía ejercer ningún arte ni oficio por sencillo que fuera, sin haber sido aprendiz con un maestro por espacio de seis o siete años. La labor del maestro artesano en aquellos tiempos trascendía la simple producción de bienes: había un interés por lograr cierto perfeccionamiento espiritual que permitiera alcanzar autonomía de trabajo e independencia en la vida.

El término aprender significa “captar,  tomar algo”. De allí la palabra “aprendiz”: “persona que captura conocimientos de otro”. Ese “otro”, que es un ser formado, convierte su propia experiencia personal en un punto de inspiración para otro ser humano.

En la actualidad, numerosas empresas impulsan la actividad de “coachs” o “entrenadores”, para facilitar la inserción de los principiantes en la actividad. Lo mismo ocurre en otras áreas: los becarios en centros de investigación;  los residentes en ámbitos de salud, etc, son pasantes controlados por un supervisor, que dedican un tiempo a la investigación y a la práctica de su especialidad, como parte de su formación profesional. Unos y otros,  tienen  conocimientos sobre una materia, pero necesitan hacer experiencia laboral bajo la guía de un formador.

La palabra “alumno” que viene de “alére”, quiere decir “alimentar”, “responder a una  necesidad”. Por lo tanto, para que  haya “alumno”, debe existir  necesidad de aprender y también, la humildad que motorice ese deseo. Sin embargo, lo que pone de manifiesto la toma de escuelas es que los alumnos parecen haber perdido su condición de tal: no demuestran humildad ni se reconocen como seres inmaduros, necesitados de la conducción de un adulto.

Un alumno se constituye siempre en una relación con otro; de allí que sean tan importantes  los lugares en que los docentes se posicionan. Este posicionamiento, que implica ejercer autoridad, resulta determinante y ejemplificador. Es lo que necesitan los jóvenes para invitarlos una vez más al encuentro con el saber y el deseo de aprender.

El desafío pues, es recuperar la condición de “alumnos” y, la tarea urgente, reconstruir lo que ha sido destruido, barajar y dar de nuevo. Maestros, docentes, padres y adultos en general, deberían tomar nota de lo que pasa. Falsas ideologías se han encargado de destituir lo establecido. Se impone la necesidad de reconstruirlo.

Lic. Leonor Gigena de Gadea 

4 comentarios en “Alumnos: ¿tomar la escuela o conquistar el saber?

  1. LOS NIÑOS
    Los niños eran víctimas especialmente vulnerables de los nazis. Es estimado que más de un millón de niños fueron asesinados bajo el gobierno nazi en Alemania y la Europa ocupada.(Fuente Museo del Holocausto USA)Los datos en argentina actual fueron confirmados y verificados por la ONU,UCA,UBA,UNICEF.

    Hermanos de la Libertad
    12 de abril ·
    «NO EXISTE LA NEUTRALIDAD ENTRE LA PATRIA Y LA COLONIA»(FAM).- Son cinco millones de niños. Desparramados en comunidades wichi, en barriadas populares de Varela, José C. Paz, Inflamable, en los fondos de los burdeles de Comodoro Rivadavia o Añelo. Son poco menos de dos poblaciones de capital. Un Uruguay y medio. Seis canchas de River atestadas. Diseminados en patas y con catarros duros bajo las autopistas de la CABA, en la resistencia qom, limpiando vidrios en puntas de pie en los semáforos, comiendo hidratos de carbono sin nutrientes, panzones o flacos, las mordazas al hambre crean unos y otros. Son cinco millones de niños. Una Córdoba y media. Diez veces, doce veces el recital del Indio en Olavarría. Son un ejército. La infantería de un sistema que los alinea en situación de eliminación y los pone al frente de la batalla para que caigan como moscas.
    El imperio mediático que lleva violentamente del cuello a la discusión masiva, ha determinado que cinco millones de niños sumidos en la pobreza no paga en los debates. Los temporales diarios que suelen sacudir al país (generalmente reducido a capital y parte de la provincia de Buenos Aires) abandonaron al borde del camino al millón y medio de pobres flamantes que el nuevo gobierno aportó a una sociedad lastimada por una herida que la atraviesa: una brutal desigualdad, sazonada con el desprecio al otro que aumenta proporcionalmente con la inflación de la población en descarte. Decía Marcelo Figueras que uno de los cambios rotundos desde el concierto ricotero en Tandil al de Olavarría era un sombrío ambiente de marginalidad que aumentó exponencialmente de un territorio al otro en un año. Muchas de esas sombras hundidas en esa marginalidad novedosa según Figueras, son padres y madres de los 500 mil niños nuevos que el cambio deslizó, imparable, por el tobogán de la pobreza y la indigencia.
    En el medio, como un destaque en amarillo, la desmesura y el descaro en el manejo de las cifras. En las acuarelas con que se intenta disfrazar la tragedia. En el cálculo del qué, cuándo y cómo en la construcción de porcentajes. Si en 2007 el kirchnerismo destruyó la confianza en el sistema estadístico y sumió al país en la incertidumbre de los índices de pobreza, inflación, empleo, etc, las consultoras privadas aprovecharon para crear sus propios índices, inflados o adelgazados según el interés al que alimentaran.
    Antes, aquellos discutieron al Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica. Pero era la única cifra que quedaba en pie después de la demolición del estado confiable. Ahora la UCA pega un pequeño volantazo que implica dar a conocer la cifra de pobreza hasta el tercer trimestre de 2016 y no hasta el cuarto, como lo ha hecho desde su primer informe en 2010. Es innegable que el último trimestre del año pasado (y el primero de éste, que está finalizando) amontonaron en la periferia de este mundo acaso un número similar al millón y medio que espanta a la capa dirigencial y fabrica pucheros de cartón en el rostro de algún gobernante. Es decir, probablemente la flamante guardia de pobres que el sistema reclutó en el último año y medio supere los dos millones. Y los niños, esa clake puesta a aplaudir desde afuera la ruta por donde pasan los grandes, sean bastante más de los cinco millones que no horrorizaron a nadie. Bastante más del 43,5% al 48,8% (cinco puntos dice la UCA que aumentó la pobreza en la infancia hasta 14 años).
    Entre los que tienen 15 hasta 29, los pobres ya no son el 34 sino el 37,9%. Entre los jóvenes aparece el mayor índice de desempleo de la población activa. Si los chicos hasta 14 acumulan 16 puntos más de pobreza que los adultos, los jóvenes exhiben cinco puntos por encima: no califican para los empleos buenos, si consiguen son en negro, la escuela no supo qué hacer con ellos, la calle los refugió y crecieron con faso y birra en las ochavas. El futuro es el ojo de una aguja por donde pasarán camellos y ricos, pero ellos no.
    Son la mitad de los niños de por acá. De este sur del mundo con pies congelados y cabeza de selva y meseta. La mitad de los niños, pobres o indigentes. Contaminados por plomo, fumigados con glifosato y 2,4D, envenenados con azúcar industrial y jarabe de maíz, alimentados a harina y papas, puestas las niñas a parir a los 12, violadas las niñas wichis por los criollos, abandonados los niños originarios por la medicina oficial, hambreados los niños de los asentamientos, ampollada la piel del óxido de los cementerios de autos, perseguidos por los transas, fusilados por la bonaerense, estragados por las pastas, el alcohol y el paco. Caídos en el pozo negro de la pobreza y la indigencia porque sus padres –si resisten- perdieron el empleo, vieron caer su salario, si trabajan hacen changas en negro, a los planes los devoró la inflación, tuvieron que dejar sus viviendas, los alimentos se volvieron inalcanzables y si tienen luz y agua son francamente impagables.
    Cinco millones de chicos. Un ejército repartido por los bordes de este mundo. Una legión de piojeríos, superhéroes diminutos, mocos eternos y botines con dedos al aire que algún día bajará desde el norte, subirá por el sur y explotará como un hormiguero en el corazón de las cosas de los grandes. Ese día lloverá café y andará el pan rodando por Callao.
    Y serán ellos los que cuelguen los calendarios y marquen las agendas.
    De una vez.(fuente Corte de Justicia Interamericana de Derechos Humanos)Cambiemos es cómplice de la ejecución de un genocidio por goteo que se ejecuta en toda Sudamérica de mano de las derechas nativas que operan en el campo neoliberal son 42 millones de personas que están en riesgo de exclusión política social y económica.

  2. Llamado a Votar en Contra de Cambiemos en Todo el País;_Grupo de Curas en la Opción por los Pobres
    Ayer a las 2:24 ·
    ANTE LAS PRÓXIMAS ELECCIONES LEGISLATIVAS
    Nos acercamos a las elecciones de medio término en el contexto de una situación muy delicada para el país. En nuestras Cartas al Pueblo de Dios y otras comunicaciones a la opinión pública, hemos abundado en descripciones acerca de las características del gobierno de Cambiemos, de las consecuencias ya visibles de sus políticas de corte neoliberal conservador, de su perfil autoritario que ha debilitado notablemente el estado de derecho.
    Después de dos años, es largo el elenco de acciones reprobables: represión violenta a la protesta social y abusos de autoridad de las fuerzas de seguridad, protección a los capitales más que a los ciudadanos, promesas incumplidas, mentiras y falsedades permanentes, presos políticos, un desaparecido, persecución a quienes piensan distinto, aumento de la pobreza, desempleo, un insostenible endeudamiento que hipoteca el futuro, la especulación financiera, la desindustrialización, la entrega de nuestra soberanía.
    Nos preocupa e indigna especialmente un rasgo cada vez más visible de este gobierno: no asume la función social del Estado y su necesario rol cohesionador. Expresiones del presidente o sus ministros y medidas de gobierno, están dirigidas contra los sectores más débiles o populares a quienes se les causa un visible perjuicio y sufrimiento, en especial porque son pisoteados sus derechos.
    La lista sería interminable. La quita de miles de pensiones por discapacidad, la reducción de medicamentos gratuitos de primera necesidad entregados por el PAMI a los jubilados, el recorte de un programa histórico que brindaba asistencia técnica a pequeños y medianos productores y que excluye del beneficio a más de diez mil familias que viven en situación de vulnerabilidad, el desguace de las políticas de salud y la falta de medicamentos, los aumentos injustificados y delirantes de las tarifas de los servicios, el aumento de la mortalidad infantil. Estos casos sólo sirven de muestra. A esto debemos agregarle el gran ajuste y la extrema precarización laboral anunciadas para después de las elecciones.
    Frente a esta coyuntura, como cristianos, sabemos que el resultado de estas elecciones puede confirmar o revocar el rumbo elegido por el gobierno, influyendo a su favor o en su contra en la relación de fuerzas, fortaleciendo o debilitando su poder político. Un gobierno que maltrata así a su población, y vive construyendo falsedades, es un gobierno que le da la espalda a los preferidos de Dios. Matar de hambre, desamparo o indiferencia al pobre es un pecado. Votar un gobierno que asfixia a los pobres, creemos que también lo es. Sin ningún temor o prejuicio sostenemos firmemente que un cristiano no puede darle el voto a un gobierno como éste, que multiplica las ayudas fraudulentas a sus amigos, facilita las ganancias de los ricos y condena a los pobres a la marginalidad y lo hace a la luz del día con mentiras y desparpajo.
    Están en juego dos modelos antagónicos de país. Un país injusto y dependiente, que concentra la riqueza en una minoría o un país con la gente adentro, distributivo, soberano e inclusivo. La política no es una varita mágica ni una práctica purista, pero sigue siendo una herramienta imprescindible para forjar el destino de la sociedad y organizar la vida en torno a la dignidad, la libertad, los derechos humanos y la convivencia pacífica y solidaria.
    Como cristianos y como curas, caminando a la par del pueblo, invitamos a votar contra este gobierno, contra la agresión a los pobres y vulnerables, contra el secuestro del futuro. Nos inspiramos en los amigos de Jesús, como el querido Santo Cura Brochero. En 1912, enfermo de lepra, casi ciego, escribe antes de las primeras elecciones legislativas en las que se aplicó la Ley Sáenz Peña de voto secreto y obligatorio. Militante del Partido Radical, alternativa popular frente al Partido Conservador, Brochero escribe sin dudar que Cárcano, el candidato conservador es -“el hombre más funesto y contrario al bienestar y felicidad de los habitantes del Oeste” (carta 449) “los que votan por Cárcano van contra la felicidad y facilidades de los habitantes del Oeste”_ (carta 448, 26/9/1912) mientras que “votando por los candidatos que dará el Partido Radical buscan su felicidad, su engrandecimiento, el de la Provincia, y aún el de la Nación entera” (carta 451, 4/10/1912)
    Inspirados en él, pues, y buscando la felicidad del pueblo y de los pobres creemos, sin dudarlo, que “no se puede ser cristiano y neoliberal”, como decía el recordado obispo Esteban Hesayne. Y exhortamos a nuestros hermanos a votar en consecuencia. “Los pobres, no pueden esperar”.
    Mientras nos encaminamos a esta crucial elección del 22 de octubre, nos seguimos preguntando: ¿Dónde está Santiago Maldonado?
    Curas en la Opción por los Pobres ///Los Irrompibles.
    Septiembre de 2017.-

  3. DECILE NO A MACRI;_»Cuando se enseña que el poder puede tener una legitimidad de origen como es el caso de que el título de gobernante derive del acceso legal al poder,debe aclararse que este puede tornarse o torcerse en su modo de ser empleado e incurrir en ilegitimidad de ejercicio,se quiere señalar que la manera de gobernar es ilegítima por violar el derecho positivo y el valor justicia o ambas cosas a la vez.La legitimidad e ilegitimidad del ejercicio se conecta entonces con el ¿como se manda? cuál es el modo la manera y la finalidad para la que se manda, si hay injusticia formal (manda quien no debe y no puede mandar)y si hay injusticia material tampoco tiene ningún tipo de legitimidad.Cuando el ejercicio del poder se torna injusto por estar direccionado hacia una finalidad incorrecta,los ciudadanos quedan desligados de toda obediencia y obligación así se legitima la actividad de resistencia a la tyrania y su lucha hasta el derrocamiento.Un fin injusto destruye la causa de la obediencia legítima y deteriora la misma esencia del poder».

  4. Patética la opinión de la «licenciada» amante de un gobierno que excluye social política y económica a millones de personas adrede,ningún padre podría estar de acuerdo con que su hijo sea mano de obra barata de los negreros argies o ceos…la nota omite dar a conocer toda la reforma que es un verdadero horror ,estudie más leyes señora licenciada y quizás descubra que las personas deben ser reconocidas en su dignidad y que tienen derecho a elegir a no ser esclavos de bazofias como usted y su moralina de derecha decadente y añeja,además muchos de esos padres y docentes están en mejores condiciones sociales e intelectuales que usted señora «licenciada» para apoyar a sus hijos y convencerlos de que todos tenemos derecho a elegir lo que queremos ser, como queremos vivir y con quién , qué estudiar y dónde trabajar…la humildad que usted enuncia es derrotismo puro,o peor está al servicio de los peores intereses que verdaderamente atentan contra el bien común público,nada bueno se puede esperar de gente como usted…y la ideología que manifiesta de la cual debería sentir verguenza..verguenza le deberia dar apoyar esta runfla miserable fascista que se a apropiado del país.Caradura. Le doy una clase meditela y aprenda;_Suele recordarse el famoso sermón del pastor luterano Martin Niemöller, “cuando los nazis vinieron a por los comunistas”, para alertar de las consecuencias que tiene permitir los inicios de una deriva política que pone en peligro los derechos democráticos. Sin embargo, en el momento que tiene lugar la división humana por los negocios públicos se revelan las cosas, no como deberían ser, sino como realmente son: que el ser humano está atravesado por las pasiones y que no basta con “saber” o “descubrir” los peligros que acechan. Si así fuera no se hubieran cometido atrocidades cuando ya se sabía por experiencias pasadas lo que suponía.

    Solo cuando el peligro (y la alegría) involucra y genera sinergias entre las diferentes realidades, esto es, solo cuando el sentido de las palabras se inscribe en las formas de vida, puede generar sentidos compartidos. El mismo Niemöller era un convencido antisemita y anticomunista que decide protestar contra los nazis, cuando estos imponen una normativa sobre las iglesias protestantes para excluir como creyentes a los que tengan antepasados judíos.

    Saber que los productos de trabajo son expresiones del trabajo humano invertido en la producción, no altera ni deshace para nada su posición de objetividad, recuerda Marx. Saber no indica nada, no hay luz que despierte, solo hay dinámicas sensibles y suprasensibles, formas abstractas que se escapan al control completo de la racionalización. No existen explosiones de “pura” solidaridad, todo acto está guiado por el interés, también el altruismo, lo que está en disputa es la orientación de ese interés. La creencia según la cual, si sucede algo entonces se generará una reacción de solidaridad, no existe si no se percibe como propio el peligro, si no interesa. Esa es la lección que nos enseña el sermón de Niemöller, que los atropellos humanos solo pueden frenarse si se comparten asociaciones imaginarias y pasiones, que sustituyan a las que motivan la obediencia.

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