¡Ay, Santiago querido!

 El aire es caliente y el sol castiga sin piedad en el monte. El paisaje es verde intenso y vuela la polvareda en el camino a Loreto, Santiago del Estero. Es tierra generosa pero difícil. La existencia o ausencia del agua divide el territorio entre lo posible y lo imposible.

Hasta estos parajes llegaron hace 4 años Arnaldo Prá y Gerardo Iroulegui, buscando nuevos horizontes para invertir. Encontraron miles de hectáreas disponibles, ambientes desconocidos y muchas limitantes. Con empeño y de la mano de las voluntades de investigadores y técnicos del INTA, lograron reconvertir en poco tiempo un campo ganadero extensivo tradicional en un planteo intensivo de ciclo completo en el que la premisa es ajustar el manejo para producir más kilos de carne por hectárea.

Clarín Rural visitó la zona para conocer las alternativas y el trabajo que llevan adelante en la región. “Hasta este lugar lo único que pudimos traer es el deseo de producir. Es todo tan diferente que fue necesario empezar de cero”, dijo Iroulegui, productor tambero de punta y presidente del Crea Laboulaye, en Córdoba.

Junto a su socio, fueron los anfitriones, en el establecimiento “Mis Viejos”, de una jornada demostrativa a campo organizada por el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (Ipcva), la semana pasada.

Estos inversores manejan 3.300 hectáreas arrendadas en Loreto y otras 4.000 propias a 40 kilómetros de este paraje. Prá, el socio en este emprendimiento, explicó que pudieron encarar tareas de reconversión productiva en el campo porque cuentan con disponibilidad de agua.

El establecimiento está dentro de la zona de riego y eso es determinante. “Antes de desembarcar en este campo, que es arrendado, adquirimos otro, que está en un ambiente donde no hay agua, y fue una enorme desilusión saber que sin este recurso no es posible producir en Santiago. Hasta el momento, no pudimos encarar ningún desarrollo allí. Cuando nos invitaron a conocer “Mis Viejos” el panorama fue diferente, nos entusiasmó nuevamente la idea de encarar tareas en un lugar diferente al que estamos acostumbrados”, relató.

Una de las primeras medidas tomadas fue acondicionar los potreros, terminar los alambrados y comprar toda la hacienda posible. “Contábamos con 1.500 hectáreas implantadas con pasturas megatérmicas, 1.500 de montes con pastizales naturales y algunos lotes buenos de alfalfa, terreno suficiente para poblar de cabezas”, detalló.

En cuanto a la disponibilidad de agua para los animales, proveer buenas fuentes para los lotes fue otra de las prioridades y una de las tareas que más tiempo les demandó. “Estuvimos un año para terminar las obras. Tenemos dos formas de conducción de agua. Una por molinos que llenan los tanques y otra por bombas sumergibles que la llevan por 6 kilómetros de cañería en el campo”, añadió. Y remarcó que “si Santiago soluciona el problema del abastecimiento de agua podrá crecer en productividad inmediatamente”, el potencial es enorme.

Para el manejo del monte, invirtieron en maquinaria (tractor y rolo) para limpiar los lotes de la vegetación baja, que es característica de la zona, espesa y espinosa, de manera de obtener espacios con sombra y permitir que crezcan pastos de especies nativas, en buenas condiciones para la alimentación de los animales.

Iroulegui y Prá coinciden en afirmar que cuando decidieron invertir en un planteo ganadero fuera de la Pampa Húmeda, cuatro años atrás, la actividad pecuaria atravesaba una fuerte crisis, con precios por el piso, por lo que tomar la iniciativa y llevarla adelante no fue fácil. “No soñábamos con el escenario de precios de la carne de hoy. Pero lo nuestro no es oportunismo en un negocio que vive un excelente momento, sino una apuesta a futuro y un desafío que esperamos sostener. En ganadería, tanto los aciertos como los errores requieren tiempos largos para ver los resultados”, dijo Prá.

Para los empresarios, las expectativas de que las buenas cotizaciones para la carne se sostengan al menos por 4 años más permitirán seguir destinando flujos de inversión al emprendimiento. “Así como recomiendan invertir en ladrillos, creemos que es una buena opción direccionar esfuerzos a alimentar animales para producir un producto que se mantendrá firme en el horizonte cercano”, destacaron.

Obsesionados con aplicar tecnología para crecer ordenadamente en kilos de carne por hectárea, los empresarios manejan minuciosamente este campo, así­ como lo hacen en los tambos en Córdoba. Para aumentar la productividad, comenzaron por estacionar las pariciones. “Para ganar en eficiencia, trabajamos haciendo destete precoz, no hay otra manera para crecer en porcentajes de preñez”, explicó Prá.

El esquema incluye la salida de los terneros del pie de la madre cuando alcanzan los 70 kilos, de ahí pasan al encierre a corral y son alimentados con una dieta que comienza con dosis bajas de alimento, maíz, algo de forraje y concentrado proteico.

De ahí salen para ser terminados a campo en las pasturas, y cuando alcanzan el peso ideal de faena, unos 350 kilos, están listos para ser comercializados. El establecimiento está, incluso, habilitado para proveer hacienda para exportación.

La carga animal promedio en esta zona de Santiago del Estero es de 3 unidades por hectárea y el porcentaje de preñez es del 50 por ciento.

“Con un manejo ajustado y aplicando tecnologías adaptadas a estos ambientes, estos números son más eficientes en nuestro campo. Para mejorar el rodeo, invertimos en un lote de toros Bradford de una reconocida cabaña y esperamos ir obteniendo animales de mejor genética y un rodeo de línea de sangre más pura”, destacó Iroulegui, entusiasmado con un negocio que, en Santiago, durmió mucho tiempo, pero que ahora empieza a despertar.

 Las claves para avanzar en un terreno difícil

 Jorge Lizzi, administrador del establecimiento “El Mangrullo”, que tiene unas 20.000 hectáreas en Lavalle, Santiago del Estero, dijo a Clarín Rural que la clave para trabajar en la zona y avanzar en rendimientos es definir metas y ejecutarlas en el tiempo. “En estos ambientes nos enfrentamos a una realidad a modificar, debemos encarar las tareas con ciertas certezas y ajustar desde lo técnico”, opinó.
Lizzi asumió el desafío de crecer en este campo ganadero de cría tradicional. A partir de la definición de un proyecto productivo pensado para lograr sus objetivos en los años 2012-2013, considera que hoy tiene más de la mitad de las metas cumplidas.
El establecimiento es actualmente ganadero de ciclo completo y hasta agrícola. “Trabajamos en cría con 5.500 vientres en servicio, contamos con más de 2.000 novillos y más de 1.000 vacas de refugo. En agricultura se siembran unas 2.000 hectáreas de una secuencia de sorgo, maíz y soja. Cuando iniciamos las tareas se producían 32 kilos de carne por hectárea; hoy generamos 64 kilos de carne por hectárea y por año”, resaltó Lizzi. En cuanto a lo alcanzado y el camino a recorrer, el administrador indicó que más allá de las metas generales, trabajan con una planificación anual. “Tenemos una fábrica de terneros que se convierten en carne para el mercado local. Concentramos las ventas en los meses de noviembre, diciembre y enero, cuando llega el pico de la demanda y buenos precios. Producimos novillos gordos de entre 360 a 420 kilos. Es un proceso que se da porque nos manejamos con planes y una gestión ajustada. Sin datos, no hay gestión posible; sin información no hay decisiones acertadas, sin objetivos no hay planificación posible, sin planificación no hay empresa que pueda crecer”, resumió el administrador, con entusiasmo.

 â€œSomos los pioneros del norte”.

 Rubén Pra entabló una comunicación con FM Estrella para hacer referencia a este emprendimiento que ha tenido una trascendencia importante.

“En el norte tenemos un par de emprendimientos: uno de ellos fue elegido por el ipcva y el inta. Este campo fue elegido como demostrativo de lo que se puede hacer en Santiago del Estero. Se hizo una reunión hace una semana atrás a la que asistieron muchos productores de La Carlota. Aquí se mostró el campo y lo que hicimos en estos cuatro años. La reunión contó con 5000 personas en una carpa climatizada y, aquí, mostramos, durante una conferencia de una hora y media, lo que hicimos, lo que podí­amos hacer y lo que podemos dejar de hacer en los campos semiáridos santiagueños.

La reunión fue trascendental, por lo menos para el sector agropecuario y todas las instituciones rurales. No es muy común que en Santiago del Estero pueda lograrse tanta recurrencia.

Fuimos con un proyecto a diez años (un productor ganadero no tiene otra forma de pensar de aquí a diez años) y tratamos de mostrarles a todos los productores de la zona lo que habíamos hecho, cuáles habían sido las vicisitudes que habíamos tenido; nuestras trabas y nuestros progresos: con lo que implica poder llevar el agua al medio del monte.

El ministro de la producción hasta el productor más chiquito estuvieron presentes: de ahí la trascendencia de esta reunión.

Decidimos ir a Santiago del Estero porque, aquí, es imposible alquilar un campo para hacer ganadería. Somos los pioneros allá en el norte».

2 comentarios en “¡Ay, Santiago querido!

  1. lu..que raro nunca falta en la carlota un comentario resentido como el tuyu..yo que vos me informaria un poquito mas antes de escribir algo asi,sin ningun tipo de fundamento y no sabiendo en principal de quien estas hablando y las cosas que hace esa persona a la cual vos tratas ignorantemente como «los que tienen la moneda»..que lastima que la carlota este llena de gente como vos y con ese pensamiento y facilidad de hablar y criticar sin saber..INFORMATE UN POQUITO..!!

  2. Me parece barbaro este espieritu de emprendedores que tiene esta gente pero que lindo seria que inviertieran en nuestra ciudad despues decimos que no hay inversiones en La Carlota si los que tienen la moneda la llevan a otro lado y tien que venir un tano pra invertir a pensarlo .

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