JUEVES SANTO.

En este dí­a, la víspera de su muerte, Jesús comió la cena pascual a solas con sus amigos. Se trataba de una cena tradicional y jueves-santoreligiosa. En ella se conmemoraba la Pascua Judí­a, es decir, cuando el Mar Rojo se abrió para que el Pueblo de Dios saliera de la esclavitud de Egipto.
Se celebraba (y los judíos de hoy lo siguen haciendo) en familia. El jefe del hogar explicaba el sentido de esta cena. El plato central era un cordero (cordero pascual) que se sacrificaba en el templo y se comía luego, mientras se cantaban canciones de acción de gracias.
Los corderos se sacrificaban el viernes por la tarde, y la cena se hacía por la noche, cuando comenzaban los festejos pascuales. Jesús adelantó un dí­a esa comida, ya que el viernes, Él en persona sería el Cordero de Dios, sacrificado por los pecados del mundo (en la Cruz).
Antes de compartir la mesa con sus amigos, Jesús les lavó los pies. Éste era un rito de preparación para el banquete pascual, y les explicó que les dejaba ese ejemplo para que lo siguieran (Juan 13, 1-38).
Al final de la cena, Jesús realizó un gesto que ahora nos parece familiar, pero imagínense cómo debió sorprender a los apóstoles. Tomó el pan, e hizo lo mismo que recordamos en el momento de la Consagración en la Misa. Ésta fue la primera misa, y la consagración de los primeros sacerdotes.

 

Después, Jesús nos dejó su mandamiento: «Amaos los unos a los otros como yo os he amado. En eso conocerán que sois mis discípulos.». La cena terminó con una oración al Padre, muy conmovedora, donde Jesús pidió por la unidad de su Iglesia y de los hombres.
Después se fue al Huerto de los Olivos, para rezar. Allí lo invadió la tristeza, el desaliento y el miedo. Sudaba como gotas de sangre. Decía: «Padre mío, si es posible, aparta de mi este cáliz. Sin embargo, que no se haga mi voluntad, sino la tuya».
Fue el comienzo de su agonía. Allí lo encontró la fuerza pública, y lo detuvieron. Después vino la noche triste: sus amigos lo abandonaron por miedo, Pedro lo traicionó, lo torturaron…

¿CÓMO SE CELEBRA ESTE DÍA?
Siguiendo la petición de Jesús («Haced esto en memoria mía»), se renueva la Cena del Señor. Esta Misa, que es algo especial, contiene:

El lavado de los pies a algunos miembros de la comunidad.

La lectura de una carta de San Pablo a los primeros cristianos, que habla de la cena del Señor. San Pablo los reprende porque comían el Cuerpo y la Sangre de Jesús sin amarse, sin compartir…

Después de la Misa, se traslada el Santísimo Sacramento al lugar donde quedará expuesto para la Adoración Solemne.

GESTOS Y SÍMBOLOS
El lavado de los pies: es un gesto de humildad, de ejemplo, que realiza el sacerdote, que representa a Jesús.
La Adoración Solemne, es para acompañar a Jesús, ya que nos decimos «sus amigos», en esta noche, que para Él fue la noche de la traición. No lo dejamos solo.

PARA REFLEXIONAR
Jesús mostró su amor a Dios Padre, amándonos a nosotros, compartiendo todo, hasta su persona, con nosotros. El había dicho: «Nadie ama tanto como el que da la vida por aquéllos que ama». Y esto lo selló con su muerte en
la Cruz.
Nosotros debemos hacer lo mismo en su memoria, si nos queremos llamar cristianos. No es fácil. La única señal de que amamos a Dios, es que amamos a nuestros hermanos. Y la señal de que amamos a los demás es que buscamos el bien de ellos.

La Eucaristía (la Comunión) es el Pan que nos sostiene en este camino duro. No es un premio para los perfectos. Es el Pan que la Vida a los necesitados, los débiles, los pecadores…
Por la noche, acompañemos a Jesús con nuestra oración, que SIGUE su agonía entre tantos hermanos nuestros, enfermos, solos, despreciados, explotados, perseguidos.

VIERNES SANTO
¿QUÉ CELEBRAMOS?
Es el dí­a de la muerte del Señor en
la Cruz.
Después de una noche interminable de interrogatorios, injurias, soledad, Jesús es finalmente condenado a muerte. Lo condenan por decirse Hijo de Dios, y por subversivo del orden público. Le impusieron la muerte más vergonzosa: en una Cruz.
Al mediodí­a, Jesús, que antes había sido azotado y «coronado» con espinas (como burla, ya que decía que era Rey), sale de Jerusalén y lo hacen ir al Monte Calvario. Él mismo lleva la Cruz sobre sus espaldas. Clavado en ella, entre dos ladrones que también habían sido condenados, muere, perdonando a los que lo mataron, y dando su vida por la salvación del mundo.

 

 

Murió solo, abandonado por sus amigos. Solamente su Madre y su amigo más querido, Juan, estuvieron al pie de la Cruz. Antes de morir, Jesús confió a Juan el cuidado de su Madre, y nos dio a María como la madre de todos. Murió en la mayor pobreza, como había nacido y vivido. Hasta sus ropas fueron repartidas entre los soldados.
Todo estaba cumplido. Eran como las tres de la tarde. Antes de la bajada del sol, sus amigos lo enterraron en un sepulcro nuevo, excavado en una piedra, cerca del Calvario.

¿CÓMO SE CELEBRA ESTE DÍA?
Se realiza por la tarde la Celebración de la Pasión y Muerte de Jesús. No es una Misa, aunque algunos momentos son similares. Durante la celebración tenemos:
La Lectura de la Pasión según el apóstol San Juan.
Un momento de Oración Solemne, donde se pide por todas las necesidades de la Iglesia y del mundo, acompañando así­ la oración de Cristo, que murió rogando por todos, aun por sus enemigos.
La Adoración de la Cruz: se descubre poco a poco la cruz ante la asamblea, mientras se proclama: «¡Miren la Cruz de Cristo, donde estuvo clavado el Salvador del Mundo!», y todos respondemos: «¡ Te adoramos, Cristo y te bendecimos porque por tu Santa Cruz, redimiste al mundo !». Luego besamos la Cruz, cantando alabanzas por el triunfo del amor de Dios sobre el pecado del mundo.

GESTOS Y SÍMBOLOS
La Exposición de la Cruz, mientras se va destapando.
El beso a la Cruz, signo de adoración y de arrepentimiento.

PARA REFLEXIONAR
La Cruz es la revelación más clara y total de la persona de Jesús y su obra.
Jesús es la imagen de Dios Padre, y en la cruz se nos revela el amor misericordioso del Padre por la familia humana. Jesús es también la imagen del Hombre, y en la cruz se nos revela el sentido del pecado y de nuestra vida.
Jesús no busca morir porque sí. El amor a Dios y a los hombres lo va guiando en sus pasos. Su pasión y muerte son el sello de su amor servicial y fiel. Su amor entró en conflicto con el pecado del mundo: con el egoísmo, el odio, la injusticia, la falsedad, el orgullo.
Dios quiere que seamos felices en el amor, pero esto no es fácil. Supone paciencia, sufrimiento, constancia… En la victoria de Cristo está la fuerza para llevar nuestra propia cruz.

SABADO SANTO
¿QUÉ CELEBRAMOS?
El Cuerpo de Jesús yacía sin vida dentro del sepulcro. Mientras los judíos celebraban el dí­a del la Pascua, los amigos de Jesús, que no pueden ir hasta el sepulcro, porque el descanso festivo no se lo permitía, comenzaron a reunirse para compartir su dolor y su desilusión.
Poco a poco, la esperanza se abría paso en sus corazones. Jesús les había anunciado en varias ocasiones su resurrección. Y ellos lo recordaban…

¿CÓMO SE CELEBRA ESTE DÍA?
Durante el dí­a, NO HAY celebraciones ni reuniones litúrgicas (Misas, celebraciones de la Palabra).
Es un dí­a de silencio y de espera. No existe el «Sábado de Gloria», como se decía antes.
Es un dí­a apropiado para una buena confesión personal, que nos prepare para renovar nuestro bautismo, y recibir la vida nueva que nos trae Jesús Resucitado. Esto lo haremos durante la Vigilia Pascual. La confesión y comunión pascuales no son un capricho: son la mejor manera de sentir como propia la pascua de Jesús.

 

VIGILIA PASCUAL
¿CÓMO SE CELEBRA?
El Sábado Santo al llegar la noche se reúnen los cristianos para la celebración de la Vigilia Pascual. Como su nombre indica, es una Vigilia: una velada de oración que desemboca en la Fiesta de la Pascua. Nos reunimos para esperarla juntos. Es una noche feliz. La Noche Santa. La más importante y grandiosa.
Es una celebración como la Misa, pero con más momentos, por lo que es algo más larga. Pero es hermosa, si vamos entendiendo lo que celebramos. Es muy difícil de analizar en detalle, pero vamos a ver algunos momentos.
LITURGIA DE LA LUZ. Cristo es la Luz del mundo.
Bendición del Fuego Nuevo: se hace fuera del templo, y con ese fuego se encenderá el Cirio Pascual.
Bendición del Cirio Pascual: se adorna con una Cruz, el año, y otros símbolos. Representa a Cristo Vivo y presente en medio de nosotros.
Procesión de la Luz: con velas que encendemos en el cirio, vamos hacia el altar.
Pregón Pascual: es un canto que anuncia explícitamente la resurrección de Jesús, como si fuera una noticia. Es largo, y con mucho contenido. Hay que escucharlo con el corazón.

LITURGIA DE LA PALABRA. Cristo es la Palabra de Dios.
Lecturas Bíblicas: Son más que en una Misa, e incluyen más salmos para rezar y alabar a Dios. Van mostrando cómo la Palabra creadora de Dios se fue haciendo realidad hasta llegar a la persona de Jesús.
Gloria y Aleluya: se cantan con más énfasis y fuerza que en ninguna otra fiesta. Al mismo tiempo se tocan las campanas, y se encienden todas las luces, símbolos de alegría y gozo.

LITURGIA BAUTISMAL. Cristo es la Vida del hombre.
Letanías de los Santos: se cantan para invocar a los santos, para que compartan su alegría con nosotros, ya que son nuestros hermanos: «amigos de Dios para los hombres».
Bendición del Agua Bautismal: como antiguamente se hacía, si hay bautismos de bebés, o mejor de gente grande, se hacen en este momento.
Renovación de las promesas bautismales.

LITURGIA DE LA EUCARISTÍA. Cristo es el alimento de los hombres.
Después de toda esta preparación, se celebra este momento igual que en las Misas de los domingos.

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